Al igual que la mayoría de municipios de la provincia gaditana, Arcos de la Frontera ha estado ocupada por el ser humano desde tiempos prehistóricos pasando por sus tierras un gran número de civilizaciones diferentes. Muestra de ello son los múltiples hallazgos y pinturas rupestres encontrados en la cueva del Higueral de Valleja.
Precisamente es en la época romana cuando se funda como asentamiento con el nombre de Arx-Arcis, traducido como fortaleza en altura. Y es que el municipio constituye uno de los ejemplos más destacados de emplazamiento en altura, ocupando la cumbre y ladera de una peña situada en la margen derecha del río Guadalete, lo que le ha hecho ser enclave estratégico a lo largo de la historia.
Ciudad destacada en la pintoresca Ruta de los Pueblos Blancos, sus espectaculares paisajes, su incipiente industria vitivinícola y su conjunto histórico-artístico la han hecho ser considerada como destino turístico de primer nivel dentro de la provincia de Cádiz.