Entrevista a Rafael Carrasco, Óptico-Optometrista colegiado e investigador.

Recientemente, con su equipo de investigación, han desarrollado un estudio que aborda el concepto de teleoftalmología. ¿En qué consiste?
Podemos definir la teleoftalmología como la atención oftalmológica a distancia. La que hemos planteado se basa en la colaboración de los tres grupos de profesionales, como son los médicos de atención primaria, ópticos-optometristas y oftalmólogos.
El médico de atención primaria selecciona los pacientes con problemas oftalmológicos y los deriva al optometrista que le realiza un examen completo (anamnesis, toma de agudeza visual de lejos y cerca, refracción completa, tonometrías, paquimetría, tomografía corneal, medida del ángulo irido-corneal, topografía corneal, análisis por imagen de las cataratas, retinografía, rejilla de Amsler y fotografía del polo anterior con fluorograma). El optometrista emite una sospecha diagnóstica y una derivación (urgente, programado o no remisión), redacta un informe con imágenes y lo envía a un oftalmólogo por medios telemáticos. Con este documento, el teleoftalmólogo emite un diagnóstico y una derivación.
Posteriormente, el paciente es examinado por un oftalmólogo en consulta presencial. Una vez examinados a todos los pacientes del estudio se cruzaron los datos de concordancia entre observadores estadísticamente. Queríamos comprobar si un oftalmólogo puede diagnosticar y derivar correctamente basándose en el examen realizado por un optometrista.
¿Qué te motivó a investigar sobre ello? ¿Puedes destacarnos las principales conclusiones de la investigación?
Siempre me ha motivado la investigación y en el día a día de nuestro trabajo vemos como la colaboración entre ópticos-optometristas y oftalmólogos redunda muy positivamente en los pacientes. Además, es una realidad que en muchos casos, somos los primeros a los que acuden los pacientes cuando se les presenta un problema visual, no solo refractivo. Por tanto, tiene sentido crear un sistema colaborativo entre ambos profesionales que redunde positivamente en la salud de los pacientes. Nosotros hemos demostrado que este sistema es perfectamente válido e implantable en España.
En nuestro estudio demostramos que en más del 80% de los casos los oftalmólogos, a través de nuestro sistema de teleoftalmología habrían llegado a las mismas conclusiones en derivaciones que los realizados por un oftalmólogo mediante consulta presencial. Esto subraya la validez de un sistema colaborativo de teleoftalmología que vincula a los optometristas y oftalmólogos para una priorización eficaz de los pacientes y derivaciones desde la atención primaria hacia servicios especializados de oftalmología. Además, este marco de teleoftalmología categoriza eficazmente a los pacientes de acuerdo con sus patologías específicas, optimizando los recursos oftálmicos y reduciendo significativamente los tiempos de espera de los pacientes para las consultas especializadas.
Estamos pendientes de la aprobación por parte de una revista científica de alto impacto para su publicación.
¿Cuáles fueron los principales beneficios que encontraron al involucrar a médicos de primaria, ópticos-optometristas y oftalmólogos en un sistema de colaboración telemática?
Esta colaboración ha beneficiado primero a los pacientes, ya que se reduce notablemente el tiempo de espera. Desde que el paciente acude al médico de atención primaria y es examinado por el optometrista suelen transcurrir tres días. Esto es importante porque los pacientes se sienten atendidos rápidamente. En menos de una semana el teleoftalmólogo emitía un diagnóstico y una derivación, con lo que los pacientes ya saben cuál es su problema. Y en menos de un mes fueron examinados de forma presencial. Un 5% de los pacientes fueron urgentes, estos pacientes fueron derivados correctamente cuando con el sistema actual tardarían mucho más, con lo que su patología se vería agravada.
Por otro lado, los médicos de atención primaria fueron descargados de los pacientes oftalmológicos, lo que agradecieron enormemente dado la presión a la que se encuentran sometidos.
Los oftalmólogos verían disminuidas las derivaciones a su servicio, con lo que se reduce la presión asistencial, pueden dedicar más tiempo a los pacientes más graves y se derivan más rápidamente a los pacientes con patologías urgentes.
Por último, el optometrista se ve reconocido por el sistema y por el paciente como un profesional sanitario. Se podrían incorporar en los centros de salud para realizar la teleoftalmología junto a los médicos de familia o se podrían concertar las ópticas de forma remunerada para que realicen el trabajo.
En el estudio, la concordancia entre el teleoftalmólogo y el oftalmólogo presencial fue del 91,2% en la priorización. ¿Qué significa este alto porcentaje en términos de la validez del sistema de teleoftalmología?
Este dato valida el sistema de teleoftalmología que hemos planteado. Demuestra que el sistema funciona correctamente y que un oftalmólogo emite el mismo diagnóstico y la misma derivación que un oftalmólogo en consulta presencial. Existe una concordancia casi perfecta.
¿Qué papel juega el optometrista en este sistema de teleoftalmología y cómo contribuye a su éxito?
Pone en valor el trabajo del optometrista, que es capaz de emitir un informe lo suficientemente completo y acertado como para que un oftalmólogo pueda diagnosticar y derivar correctamente. Además, indica que el optometrista está capacitado para derivar correctamente a los pacientes desde atención primaria a oftalmología. Aunque este no es el objetivo del estudio. El diagnóstico debe ser dado siempre por un oftalmólogo.
¿Qué ventajas y retos ves en implantar un sistema de teleoftalmología que vincule al médico de primaria, optometrista y oftalmólogo, especialmente en términos de acceso y eficiencia para los pacientes?
Esta colaboración pone al paciente en primer plano dándole un mejor servicio, más rápido y más tiempo de atención.
Para implantar este sistema tiene que haber voluntad política para crear la figura del óptico-optometrista en atención primaria y dotarle de medios para realizar el trabajo, o para concertar las ópticas con el sistema público cumpliendo los requisitos necesarios. También tiene que haber predisposición por parte de los profesionales implicados en colaborar por el beneficio de los pacientes, de sistema sanitario y de los profesionales.
En cuanto a la implementación de este sistema en centros de salud o gabinetes de óptica, ¿qué consideraciones deben tenerse en cuenta para asegurar su éxito? ¿Cuáles serían las principales barreras?
Para este sistema de teleoftalmología habría que tener en cuenta varios aspectos: el óptico debe realizar una formación extra en patología ocular, disponer de equipos diagnósticos que permitan realizar el examen establecido, concretar unos criterios de derivación comunes entre los profesionales implicados y establecer un sistema de comunicación entre el óptico-optometrista, el médico de atención primaria y el oftalmólogo.
España tiene un sistema de establecimientos de óptica muy capilarizado en la sociedad, con profesionales cada vez mejor formados, en muchos casos, con los mejores equipos. Sería fácil crear un concierto remunerado con el sistema público de salud. Además, los medios de comunicación de hoy en día están muy evolucionados. Un optometrista en un establecimiento de óptica de un pueblo pequeño puede realizar un examen y enviarlo a larga distancia por medios telemáticos a un sistema de teleoftalmología. Esto sería un gran avance en la atención oftalmológica de poblaciones más remotas y pequeñas y, también, en grandes ciudades más saturadas.
Por otro lado, la incorporación del óptico-optometrista a la Seguridad Social en atención primaria sería una solución ideal. Habría que dotar a los centros de salud de un gabinete de prueba para realizar el examen. El óptico-optometrista estaría en contacto directo con el médico de atención primaria para descargar a este de pacientes y complementándolo para que diagnostique y trate ciertas patologías oculares menores.
Desde el prisma de la formación, ¿cómo puede este tipo de colaboración ampliar los conocimientos de los profesionales de atención primaria, optometristas y oftalmólogos en cuanto a diagnóstico y manejo de problemas oculares?
El óptico debe formarse más en patología ocular para instaurar este sistema. Para los médicos de atención primaria el examen ocular se hace muy difícil por lo que no pueden diagnosticar ni tratar las patologías oculares. Esto les hace que se formen más en otras áreas de la Medicina en las que su función se hace más imprescindible, dejando de lado la formación oftalmológica. Los oftalmólogos están muy formados en su campo, poseen las capacidades de diagnóstico tanto para la consulta presencial como para la telemedicina.
¿Cómo percibes la evolución de la teleoftalmología y el papel de los optometristas en este proceso?
La evolución lógica es su implantación en España como está ocurriendo en países como Inglaterra, Escocia, Australia, etc. La población es cada vez mayor y cada año más envejecida, con lo que la atención oftalmológica estará más saturada. Los ópticos-optometristas tenemos la formación necesaria y los recursos técnicos, por lo que solo es necesaria la voluntad para su implantación por parte de todas las partes implicadas. Es la solución más rápida y eficiente para el problema de atención visual primaria que tenemos hoy en día.






