Los sistemas de pago contactless (sin contacto) permiten realizar compras tan solo acercando una tarjeta al terminal punto de venta de los comercios donde se encuentran instalados (TPV/datáfonos) y sacar dinero en cajeros adaptados a esta nueva tecnología, entre otras muchas posibilidades.
La tecnología necesaria para poder operar de esta manera se denomina ‘NFC’ y requiere tarjetas, datáfonos y cajeros adaptados a la técnica contactless. La NFC (siglas de Near Field Communication) es un sistema de comunicación inalámbrico de corto alcance que funciona por proximidad y que, además de las tarjetas que están entregando los bancos que usan esta nueva forma de pago, se está integrando poco a poco en smartphones y tablets.
COMUNICACIÓN ENTRE DISPOSITIVOS
La idea es que dos dispositivos puedan comunicarse entre sí de manera cómoda y eficaz. No está pensada para transferir ficheros de gran tamaño, sino para identificar o validar a otro dispositivo, siendo su virtud principal la del ahorro de tiempo y esfuerzo al emparejar dos aparatos.
Esta tecnología fue presentada en Barcelona como primicia mundial por una entidad financiera que ha incorporado, en su red de oficinas, cajeros adaptados a la misma.
La mejora consiste en que no es necesario introducir la tarjeta en un cajero o en un datáfono, sino que solo tendremos que acercarla al dispositivo y la transacción se realizará automáticamente. Esta tecnología es el futuro y, dentro de poco, pagaremos con teléfonos móviles equipados con chips NFC aunque, en la práctica, esta tecnología sigue siendo minoritaria en Europa (más allá de experiencias piloto en algunas universidades, comercios y transportes).
Sin embargo, el problema principal que se encuentra en este innovador sistema es el posible aumento de la inseguridad. En este sentido, las entidades han establecido dos formas de pago, en función del importe de la compra que se realiza:
- Menos de 20 euros: solo hay que acercar la tarjeta al datáfono. No hace falta teclear el PIN, ni firmar.
- Más de 20 euros: pago tradicional, es decir, acercar la tarjeta al terminal y después introducir el PIN o firmar un recibo.
Si disponemos de una tarjeta con NFC pero el receptor no posee contactless, se podrá usar igual que una tarjeta normal.
VENTAJAS DE LA TECNOLOGÍA NFC
- Mayor agilidad en los pagos, sobre todo en los importes bajos (inferiores a 20 €), ya que no hace falta teclear el PIN en el TPV, ni firmar la operación.
- Reducción de un 50% en el tiempo de transacción respecto a las operaciones habituales (a la reducción de tiempo administrativo se une la mayor velocidad en la propia transacción).
- Mayor comodidad, ya que el cliente puede pagar rápidamente sin teclear el PIN ni firmar el ticket de compra. El cliente puede operar sin tener que sacar la tarjeta de la cartera (pago activable a menos de 3 cm. del terminal).
- Reducción del deterioro de las tarjetas, puesto que no necesita hacer contacto con ningún elemento que la desgaste.
La tecnología NFC permite, entre otras múltiples acciones, abrir una habitación de hotel mediante el teléfono móvil
ALGUNAS DEFICIENCIAS
Pero esta mayor rapidez y menor seguridad, ¿a cambio de qué? En el caso de las tarjetas bancarias, a día de hoy, el método NFC no establece ninguna medida de seguridad adicional: cualquier persona que te robe la tarjeta, o la cartera o el móvil, podrá comprar sin problemas, siempre que ninguna sobrepase un importe de 20 euros.
Además, habría que analizar en qué mejoran estas nuevas tarjetas a las de toda la vida. Esta tecnología aporta algo muy novedoso, pero aumenta el riesgo de fraude. El tiempo que tardamos en meter la tarjeta en un TPV o un cajero automático y el que proponen de simplemente acercarla es solo de unos pocos segundos que habrá que considerar para decidir si compensa el cambio de formato. Incluso se han producido críticas al sistema, pues no siempre funciona a la primera y a veces hay que repetir la operación para su correcto funcionamiento.
En cualquier caso, esta tecnología tendrá su tiempo de desarrollo e implantación y será el consumidor final, o el propio mercado, el que la acepte o la rechace.
Aun así, y desde mi punto de vista, enhorabuena a sus creadores, pues el futuro para esta y otras aplicaciones es muy prometedor, ya sea para escuchar música, transferir fotografías o para usar la televisión para reproducir el contenido de tu móvil, entre otras muchas posibilidades.
Jesús Muñoz, secretario técnico del Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía