El principal atractivo característico de este municipio situado al noreste de la provincia gaditana es que su disposición arquitectónica se encuentra bajo una inmensa piedra. Este original entramado urbano está habitado por 3.000 vecinos, que comenzaron a vivir en el emplazamiento gracias a que las cuevas repartidas por todo el pueblo actuaban como aislante natural, ideal para evitar los días calurosos del verano y para hacer más llevadero las bajas temperaturas propias del invierno.

Considerada en la antigüedad por ser un bastión casi inexpugnable y puerta fundamental para la reconquista del Reino de Granada en el siglo XV, las calles de Setenil de las Bodegas se llenan de visitantes en verano gracias a las pétreas construcciones imposibles, la historia que recorren sus calles y rincones y su amplia oferta gastronómica que van desde sus típicas sopas cortijeras, empanadillas de cidra o el conejo a la serrana.