Los problemas visuales son pasados por alto y menospreciados por algunos padres, profesores, médicos y psicólogos. Sin embargo, estos pueden ser la principal causa de problemas cuando el niño empieza a leer y escribir.
Se estima que alrededor de un 30% de los niños en edad escolar tiene algún tipo de disfunción visual que puede producir problemas de aprendizaje. Estos pequeños no tienen ningún problema de inteligencia, solo son niños ‘listos’ que rinden por debajo de su potencial. El principal problema es que 1 de cada 4 niños con problemas visuales no está diagnosticado de manera adecuada. Esto es debido a la gran complejidad que comprende todo el proceso de la información visual.
La visión es la capacidad de captar, procesar y responder a la información visual de una manera precisa, rápida y automática a las necesidades que surgen en nuestro entorno.
Alrededor de un 50% de los niños que tratamos en nuestro centro ven el 100% y no necesitan usar gafas, pero a pesar de ello presentan problemas de visión
Por lo tanto, el concepto de ‘visión’ va mucho más allá del hecho de ver con nitidez. En este sentido, la agudeza visual solo estaría involucrada en el proceso de captación de la información, pero no así en su procesamiento.
Es importante resaltar este hecho, ya que muchas veces se descarta la existencia de problemas visuales por el simple hecho de tener una buena agudeza visual. Sin embargo, para poder confirmar que no existen anomalías en la visión debemos profundizar mucho más en la exploración visual.
En primer lugar, debemos asegurarnos que el órgano receptor de la información visual (el ojo) no posea ninguna enfermedad. Para ello, necesitaremos una valoración oftalmológica y, a continuación, corregir los errores refractivos que pueda presentar tras ser evaluado por oftalmólogos y optometristas.
Una vez descartadas las patologías y corregidos los errores refractivos, debemos examinar la eficacia del sistema visual. Es decir, no solo medir cuánto vemos, sino saber cuánto esfuerzo nos supone ver. Para ello, mediremos los movimientos oculares, la acomodación, la convergencia, la binocularidad y la visión periférica. Estos valores aportarán información de la facilidad y precisión que posee nuestro sistema visual para captar la información visual.
En nuestra consulta observamos diariamente casos donde niños que acuden por problemas de aprendizaje suelen presentar alteraciones de los movimientos oculares que les producirán problemas con el procesamiento lector. Estos suelen tener problemas de convergencia que pueden producir síntomas muy parecidos al déficit de atención y también suelen provocar problemas acomodativos, que les dificultarán realizar tareas al cambiar el enfoque de la pizarra al cuaderno; o visión difícil de cerca, que puede dar la sensación de niño distraído.
Una vez valorada la eficacia del sistema visual del niño, debemos continuar indagando y evaluar el procesamiento de la información visual (percepción visual), que nos responderá a la pregunta: ¿qué hace el cerebro con la imagen que le manda el ojo? Para ello, debemos determinar las habilidades de percepción visual de formas, las destrezas visuomotrices (coordinación ojo-mano), la memoria visual y visualización y la lateralidad-direccionalidad.
La gran mayoría de niños con problemas de aprendizaje y/o de lectura suelen tener algún área de percepción visual alterada. Por lo tanto, se puede tratar de niños que poseen dificultades visuales que no tienen nada que ver con el hecho de ver nítido o utilizar gafas. De hecho, alrededor de un 50% de los niños que tratamos en nuestro centro ven el 100% y no necesitan usar gafas, pero a pesar de ello presentan problemas de visión.
Una vez analizados la captación y procesamiento de la información visual nos quedaría analizar cómo responde el sistema ante los estímulos visuales. El ser humano interactúa con el entorno a través del movimiento muscular de las distintas partes del cuerpo. Por ello, debemos evaluar cómo ha sido el desarrollo motor del niño para saber si ha adquirido las habilidades motrices finas necesarias para dar respuestas de precisión ante los estímulos visuales que ha recibido.
Si la salud ocular, la eficacia visual, la percepción visual y el desarrollo motor del niño se han desarrollado con normalidad, se podrán ofrecer respuestas más finas y precisas que se ajustarán mejor a sus necesidades. Por ello, los procesos de aprendizaje se podrán llevar a cabo con mayor facilidad. Pero si estos parámetros no se han desarrollado adecuadamente, será necesaria la ayuda del oftalmólogo en caso de presentar una patología ocular o de un optometrista en el caso de problemas de eficacia o de percepción visual.
Un optometrista bien cualificado es el único especialista capaz de diagnosticar y tratar desórdenes visuales de eficacia y percepción visual usando la prescripción de lentes especiales de rendimiento, junto a programas especializados de terapia visual y tratamientos de fototerapia ‘Syntonics’.
En nuestro centro de terapia visual hemos podido ser testigos de cambios increíbles en las capacidades de aprendizaje y comportamiento al mejorar las habilidades visuales de nuestros pacientes, ayudándoles a tener un mejor contacto con su entorno y a dar unas respuestas más eficientes, y así poder mejorar su rendimiento y su autoestima.
Me gustaría terminar este artículo con una frase dedicada a todos aquellos niños con problemas de aprendizaje: “Enséñame cómo aprender y no qué debo aprender, enséñame a pensar y no qué debo pensar, así desarrollaré mi inteligencia y no tan solo mi memoria.”
Referencias
1. Tanta inteligencia tan poco rendimiento. Pilar Vergara.
2. Conocer y alimentar el cerebro de nuestros hijos. Mercedes Aguirre Lipperheide.
3. Thinking goes to school. Hans G.Furth y Harry Wachs.
José Luis Arévalo Chiriboga. Óptico-optometrista. Colegiado nº 19570.
Director clínico de Neurovisión, optometrista comportamental diplomado y Máster en optometría por la Universidad Complutense de Madrid, en proceso de doctorado por la Universidad de Sevilla, especialista en optometría comportamental y terapia visual y miembro de SIODEC.