Conocemos por fármacos antivirales a aquellos que actúan combatiendo las infecciones que se producen por virus. Este tipo de medicamentos no consiguen eliminar por completo la enfermedad, pero ayudan a que la sintomatología sea más leve, disminuyendo la posibilidad de que surjan complicaciones.
Los antivirales son específicos para cada tipo de virus. Es decir, los que combaten la gripe no serían válidos para el tratamiento de otras enfermedades causadas por virus diferentes, aún teniendo síntomas en común.
La clasificación de los antivirales es relativamente sencilla, ya que existen actualmente muy pocos virus susceptibles de quimioterapia eficaz. Por un lado se encuentran los nucleósidos, análogos de bases púricas o pirimidínicas capaces de sustituir a las naturales e interferir en el proceso de replicación del DNA viral. Por su parte, los antivirales no nucleósidos agrupan a los fármacos que actúan por mecanismos distintos de la interferencia con la DNA-polimerasa viral, siendo por tanto un grupo heterogéneo.
En el siguiente cuadro se incluyen una serie de medicamentos antivirales y los posibles efectos adversos que su tratamiento puede causar en el sistema visual del paciente.
Manuel Aguilar Jiménez. Óptico-optometrista. Colegiado nº 5167.
Licenciado en Farmacia por la Universidad de Granada, diplomado en Óptica y Acústica Audiométrica por la Universidad de Santiago de Compostela, IFM en la Delegación de Salud de Málaga, especialista en Análisis Clínicos por el Ministerio de Educación y Ciencia y Óptico-optometrista por la Universidad de Granada.