El asma bronquial es un síndrome que causa en el paciente principalmente la obstrucción generalizada de sus vías aéreas. Esta patología crónica, que puede manifestarse independientemente de la edad, está caracterizada por provocar sibilancias (pitos en el pecho al respirar), tos y disnea (sensación de ahogo), y estos síntomas suelen incrementarse por la noche.
Este problema puede presentarse de forma recurrente, provocado por estímulos que por sí mismos no son nocivos. Para reducir y paliar los síntomas que provoca se utiliza este grupo de medicamentos antiasmáticos capaces de producir un efecto mantenido y a largo plazo sobre la inflamación de la mucosa bronquial.
Los fármacos antiasmáticos se dividen en dos grupos fundamentales, dependiendo de su acción farmacológica. Por un lado, los broncodilatadores directos de acción prolongada, utilizados para tratar ataques agudos y en uso regular como profilácticos, se tengan o no síntomas. Y por otro, los antinflamatorios bronquiales, que solo se usan como profilácticos, en caso de necesidad, y que no revierten el episodio agudo.
En la siguiente tabla puedes observar cuáles son los principales fármacos empleados en el tratamiento del asma bronquial, para qué episodios están indicados y cuáles son las reacciones adversas más evidentes que pueden provocar sobre la visión del paciente.